sábado, 18 de abril de 2009

Psicologia

Noviazgo y adolecencia

El ser padres de hijos adolescentes es una de las tareas más arduas dentro del proceso de la parentalidad, como padres nos enfrentamos al “duelo” de perder a nuestros hijos pequeños, ahora sus cuerpos se transforman en adultos y sus mentes en disidentes del orden familiar. Y sin embargo, por momentos podemos percatarnos en su mirada que siguen siendo “nuestros pequeños” y que aun cuando de forma diferente, siguen necesitando de nuestro “apapacho”, de resolver sus dudas, de calmar sus inquietudes, de contener sus miedos, de acompañarlos afectivamente en su crecimiento.

Efectivamente nuestros hijos están creciendo y en esta nueva etapa tanto los padres como los hijos deben enfrentar un sin número de tensiones propias del proceso de separación-individuación de los hijos, esto es del crecimiento de los hijos en su individualidad e identidad y para ello requieren de espacio, de separarse paulatinamente de los padres y diferenciarse de ellos.

Es muy natural que en esta edad comience el interés de los chicos y chicas por las relaciones sentimentales. Como parte importante de este proceso de crecimiento, en general el noviazgo es una experiencia que puede traer logros importantes en su desarrollo como persona, siempre y cuando sea ésta una relación sana.

Lamentablemente los datos con los que nos encontramos al respecto no son alentadores. De acuerdo con la ENCUESTA NACIONAL DE VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE NOVIAZGO 2007, realizada por el Instituto Mexicano de la juventud, en México 15.5% de los jóvenes entre 15 y 24 años con relaciones de pareja han sido víctimas de violencia física; 75.8% ha sufrido violencia sicológica; y 16.5% ha vivido al menos una experiencia de violencia sexual.

Al ser cuestionados sobre los motivos que ocasionan su enojo con la pareja, los hombres respondieron que 41% se molesta por celos; 25.7 porque su pareja tiene muchos amigos, y 23.1 porque su novia se molesta de todo sin razón aparente.

Las mujeres afirmaron que en 46% de los casos se molestan porque sienten celos; 42.5% porque su pareja queda en algo y no lo hace, y 35% porque considera que es engañada.

Lo alarmante de estos datos se ubica en que a los jóvenes les resulta difícil detectar los signos de violencia dentro de su relación, ya que pueden llegar a considerarlos como algo normal o que sucede porque su pareja tenía razón en enojarse.

La comunicación efectiva y la falta de habilidad en la resolución de conflictos, son otras de las grandes problemáticas en los jóvenes. Todo esto aunado al “torbellino” emocional y hormonal que vive el adolescente, acrecenta las probabilidades de riesgos de salud física y emocional en los chicos. Es por ello importante resaltar la importancia de la orientación que los padres necesitan realizar con sus hijos.

En otros resultados de las encuestas realizadas por el IMJ, nos encontramos que en nuestra sociedad, aún el 92% de los jóvenes ven en la familia el núcleo de mayor confianza, y en la madre, la principal consejera. Esto debe alertarnos en el trabajo de informarnos y prepararnos para brindar a nuestros hijos la orientación que requieren en esta etapa específica de su desarrollo.

ADOLESCENCIA

La adolescencia es la edad de los cambios, como indica la etimología latina de esta palabra: adolescencia significa en latín "crecer". La adolescencia es un paso entre la infancia y la edad adulta. Como señala Kestemberg: muchas veces la adolescencia es simultáneamente un niño y un adulto. Pero en realidad no es un niño ni aún es un adulto.

Este doble movimiento de negación de su infancia, por un lado, y la búsqueda de un estatuto adulto estable por otro, constituye la propia esencia de "crisis", es decir, del proceso psíquico que todo adolescente tiene inevitablemente que atravesar. Desde la fisiología, la diferenciación sexual de la pubertad transforma profundamente a los adolescentes en su cuerpo, lo cual produce una afectación psíquica y social importante. Los sociólogos abordan la adolescencia según un doble punto de vista: como un periodo de inserción en la vida adulta y como un grupo social de características sociolaborales independientes y particulares. Así, la adolescencia, será diferente según las épocas, las culturas y los medios sociales, por ello la adolescencia no es considerada un fenómeno universal y homogéneo.

Para el estudio de la adolescencia, el modelo psicoanalítico se centra en la exaltación de la sexualidad de esta época, originada por los cambios radicales del cuerpo y mente; en el luto y las depresiones por el duelo de “dejar de ser niño”; en las conductas defensivas; y en la búsqueda de identidad.


Como un proceso normal del crecimiento, el adolescente deberá rechazar las bases identificatorias de la infancia o sea de sus imágenes parentales. Querrá diferenciarse de los padres y esa será su lucha durante los años de adolescencia. Mientras tanto, el encuentro con una identificación de adulto sólo podrá sobrevenir por la inserción del adolescente en el mundo del adulto por la línea familiar.

El adolescente crece y con ello se vuelve agresivo porque crecer, según Winnicott (pediatra y psicoanalista) es un acto agresivo en sí. La explosión de su sexualidad será una forma de descarga de sus tensiones, que a esta edad son inmensas. La problemática del cuerpo es esencial, la aparición de vellosidad púbica, las primeras menstruaciones, los senos, las erecciones y la eyaculación así como la posibilidad de relaciones sexuales y de procrear van a tener un impacto fundamental en su psique y en su comportamiento.


El cuerpo para el adolescente es algo más que para el adulto. Es una referencia en sí. No es un medio, es casi un fin. El cuerpo va a ser utilizado, valorado, desvalorado, amado, detestado, fuente de rivalidad, de sentimiento de superioridad o inferioridad, a veces vestido y otras simplemente "disfrazado". El cuerpo representa para el adolescente un medio de expresión simbólica de sus conflictos y relaciones. Se busca con el cuerpo las modas, pero también su identidad sexual.


Con el cuerpo se llega al narcisismo. Pasarán horas y horas mirándose delante del espejo. Focalizarán un interés desmesurado en partes de su cuerpo. O al contrario. Pueden detestar partes del mismo (anorexia). El cuerpo en suma será un sentimiento de identidad.


Este narcisismo, las proyecciones de sus dificultades en los demás, la idealización del Yo, la intelectualización, y las conductas fuera de lugar, serán mecanismos de defensa ante estas vivencias, le sirven al adolescente para aminorar el sufrimiento que produce el conflicto vivido.


El grupo de amigos será parte esencial de su proceso de crecimiento. Su identidad de grupo, y al mismo tiempo el rechazo a los padres forman parte de su proceso de desarrollo psíquico. Sobre todo, al inicio de la adolescencia (13-15 años) el grupo desempeña una labor esencial. Evidentemente puede tener también una función psicopatológica.

La exacerbación de la amistad y sobre todo focalizado en una persona, es típica de esta edad. Todos recordamos aquél amigo o amiga con el que pasábamos horas y días encerrados contándole todas nuestras intimidades y preocupaciones, esta etapa se supera con el periodo final de la adolescencia tardía, para entonces focalizar más la atención en una persona del sexo opuesto.


La relación de pareja en la adolescencia, y su extremo,"el primer amor", es una búsqueda del objeto perdido en términos psicoanalíticos, esto es la búsqueda de una persona que le proporcione el amor y los cuidados afectivos con la devoción con la que lo hacían sus padres de la infancia.

EL NOVIAZGO EN LA ADOLESCENCIA

En la adolescencia se dan las primeras experiencias de relaciones de pareja, y por las características propias de la edad, es también una situación llena de tensiones para los chicos. Las dudas e inquietudes que exponen hablan de su inexperiencia para relacionarse de esta forma y sobretodo, hablan de la enorme necesidad que tienen de guía y orientación por parte de los adultos.

Es común que los adolescentes se enfrenten a dificultades para iniciar una relación: “¿Por qué todas las mujeres cuando uno se les declara dicen que no?” “Tengo una amiga que sé que le gusto, pero no sé cómo hablarle o qué le digo, ¿qué puedo hacer?”; confusión de sentimientos: “Hay un chavo guapísimo que me encanta, una vez fue a mi escuela y me puse loca. No se cómo comportarme con él, me siento muy mal”, “¿Es normal esto a mi edad?”; fantasías de enamoramiento: “Hace un mes conocí a un chavo, cuando lo ví, supe que era mi hombre indicado. El no me habla, pero yo lo amo ciegamente. Él es mi razón de vivir. Algunas amigas dicen que lo han visto con otra chica y que no me haga ilusiones. Si yo llegara a descubrir que tiene novia, ya no quiero existir, mi anhelo de vivir se esfumaría; inconformidad con las normas de los adultos: “¿Por qué nuestras madres se enojan por tener novio o pretendientes? ¿Por qué están más sobre mi?; necesidad de seguridad y lealtad: “¿Qué es bueno y qué es malo en el noviazgo?, ¿es malo tener novio a los 14 años y querer irse a su casa con él?, ¿es malo tener novio a escondidas?”, “¿Cuál es la edad ideal de una adolescente para tener novio, para que la relación sea estable?, “¿Qué puedo hacer para no desconfiar tanto de mi novio?”

¿Qué es el Noviazgo?

De manera convencional, el noviazgo es una relación transitoria entre un hombre y una mujer, la cual brinda la oportunidad de conocerse más afondo para decidir en un determinado momento pasar a la siguiente fase que es el matrimonio.

El noviazgo consta de cinco etapas que son:

  1. atracción: que puede ser física, emocional o ambas.
  2. incertidumbre: es cuando se presenta la duda de si la pareja elegida es la adecuada.
  3. exclusividad: permite salir solo con una persona y dar y recibir de ella y para ella.
  4. intimidad: ambos se entregan a la relación, se sueltan y comienzan a mostrar sus aspectos positivos y negativos.
  5. compromiso: la relación se torna más profunda y existe la convicción de que se está con la persona correcta para una relación más formal como lo es el matrimonio.

Durante la adolescencia por lo tanto no puede hablarse propiamente de noviazgo al no existir las bases maduracionales para el establecimiento de una relación de pareja formal y de compromiso, tal como se entiende en el caso de los adultos.

Las relaciones de pareja en la adolescencia suelen ser muy intensas y hasta pasionales. Como consecuencia de la transformación física y psicológica que están sufriendo, las emociones se exacerban y el sentido idealista que los caracteriza provoca tanto la sensación de estar viviendo el gran amor de su vida, como las decepciones más tormentosas.

Sin embargo, la experiencia de relaciones de pareja en esta edad ayuda a los jóvenes en sus primeros ensayos en esta nueva modalidad de relación que además es una experiencia de crecimiento propia y necesaria de la edad. Todo esto siempre y cuando se cuente con la guía y orientación adecuadas por parte de los padres principalmente.


En el caso de una relación sana de “noviazgo”, la experiencia misma proporciona las siguientes ventajas:

  1. Es una oportunidad de a aprender a relacionarse con el sexo opuesto de forma afectiva.
  2. Ayuda a aprender a conocerse recíprocamente en cuanto a carácter, sentimientos, gustos, aficiones, ideales de vida, religiosidad.
  3. Favorece la formación de la voluntad, combate el egoísmo, fomenta la generosidad, confianza, honestidad, el respeto; estimula la reflexión y el sentido de responsabilidad.
  4. Con el noviazgo se puede practicar la habilidad de resolver conflictos.
  5. Es una oportunidad de comenzar a utilizar formas efectivas de comunicación y de aprender a ver las cosas de distintas maneras.

Con esto pudiera resolverse hasta cierto punto el dilema de los padres con respecto al permitir o prohibir este tipo de relaciones en sus hijos adolescentes. La prohibición es una medida totalmente ineficaz y hasta contraproducente en una etapa en la que los chicos se caracterizan por ir en contra del orden establecido, especialmente el que instituyen los padres.

Por otro lado la mejor forma de prevención de situaciones de riesgo en el adolescente, son la comunicación, guía, orientación y acompañamiento emocional, en esta nueva experiencia de crecimiento de los hijos.

ALGUNAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN

Es importante abordar el tema del noviazgo con los hijos incluso mucho antes de que se presente, esto causa el efecto en los chicos de posponer el tiempo para un “noviazgo”.

Debe hablarse de lo que es un noviazgo y cómo debe ser la relación con la otra persona, estableciendo reglas de común acuerdo. Acordar a qué edad es bueno comenzar un noviazgo y cual es el comportamiento apropiado que deben seguir con la pareja y por qué. Hablar de las dificultades que acarrea el iniciar una vida sexual de manera prematura.

Hablar del por qué: el novio debe estudiar o trabajar, el novio no debe ser un alcohólico o usar drogas, el novio no debe de abusar emocional, sexual o físicamente. Hablar acerca de los celos, el saber decir No a situaciones que lo dañen, hablar sobre las ventajas y desventajas del tener un noviazgo.

Hable también con su hijo sobre los planes que tiene para su vida profesional, sus metas y cómo lograrlas y de qué manera puede afectar un noviazgo prematuro en la realización de sus sueños.

Una de las funciones de gran importancia de los padres, a pesar de la etapa conflictiva por la que atraviesan los adolescentes, es la reglamentación de la conducta del hijo, y en el caso de sus relaciones de noviazgo, no hay excepción, aún cuando se recomienda que sea establecida por consenso con los hijos. Esto aparentemente “molesta” a los chicos, pero al mismo tiempo les brinda un encuadre de seguridad.

Algunas de las reglas que pudieran ayudar a organizar este encuadre son las siguientes:

  1. Debe haber firmeza en el establecimiento de las reglas.
  2. Puede salir ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE con una persona que se muestre responsable, de edad similar, sin vicios como el alcohol y las drogas.
  3. Como padre debe expresar lo que espera de ellos cuando sus hijos salgan con su pareja. Esto les ayudará a que no pierdan el control.
  4. Los novios pueden verse los fines de semana y en ocasiones especiales, y NO después de la escuela.
  5. Pueden salir en grupo y con personas mayores y responsables (ojo, escoja bien a estas personas).
  6. Los chicos pueden salir con su novio o novia, después de que haya pasado una tarde con ustedes (los padres). Esto colocará las caras de los padres en la memoria de la pareja.
  7. Puede salir en el auto o a solas ÚNICAMENTE cuando ya halla terminado los estudios del bachillerato.
  8. El joven tiene que avisar de sus planes (el lugar preciso donde estarán) antes de la salida, y llamar si hay un cambio de planes.
  9. Sea conciente como padre y hágale saber a sus hijos, que romper cualquiera de estas reglas DEBE tener consecuencias.
  10. Además de estas reglas sugeridas, establezca con PRECICIÓN, los parámetros de comportamiento mientras usted no esta en casa.

Recuerde que los padres solo pueden apoyar a sus hijos con respecto a su noviazgo, a través de establecer vínculos permanentes que les aseguren el amor y les ayuden a impulsar sus capacidades; siempre desde el afecto, la confianza y el respeto a su individualidad. Escúchenlos y hablen continuamente con ellos.

PSIC. MAYELA GÓMEZ MORENO

PSICOLOGÍA CLÍNICA INFANTIL

Calle Parral 1501-1 Esq. Las PalmasCol. Arbide,

León, Gto.Tel. 770.8625

Octubre de 2008.

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